viernes, 26 de abril de 2013

Conoce la madera - Parte 1

Estructura del tronco:




La observación de un trozo de madera nos permitirá ver los diversos elementos característicos que la forman, y además, apreciar que no se trata de un material homogéneo. Si se observa el tronco de un árbol, se ve que tiene forma casi cilíndrica y que está formado por sucesivas capas superpuestas (anillos). En primer lugar se aprecia que entre la madera y la corteza existe una capa generatriz, llamada cambium, que produce madera hacia el interior y corteza hacia el exterior. En cada período vegetativo se forma una nueva capa (anillo) que cubre la anterior. Dentro de cada capa se observan dos zonas bien diferenciadas, la formada al principio del período vegetativo con células de paredes delgadas y grandes lúmenes que se denomina madera de primavera, y la formada durante el verano, con células de paredes gruesas y lúmenes pequeños, llamada madera de verano. Esta diferencia entre las dos zonas, hace fácilmente distinguible en la sección transversal, una serie de anillos concéntricos llamados anillos de crecimiento, cada uno de los cuales corresponde a un período vegetativo de la vida del árbol y que en nuestro clima, representa el crecimiento anual, por lo que su número indica la edad del árbol.
Analicemos, una por una, las diferentes partes que se puedan observar en una sección normal al eje del árbol.
a) Médula: Parte central del árbol. Constituida por tejido flojo y poroso. Tiene un diámetro muy pequeño. Madera vieja y normalmente agrietada. Se suele desechar en los procesos de elaboración de la madera.
b) Duramen: Madera de la parte interior del tronco. Constituido por tejidos que han llegado a su máximo desarrollo y resistencia. De coloración, a veces, más oscura que la exterior. Madera adulta y compacta. Es aprovechable. La transformación de albura a duramen de la madera se caracteriza por una serie de modificaciones anatómicas y químicas, oscurecimiento, aumento de densidad y mayor resistencia frente a los ataques de los insectos.
c) Albura: Se encuentra en la parte externa del tronco, bajo la corteza. Constituida por tejidos jóvenes en período de crecimiento (zona viva). Contiene mucha savia y materias orgánicas. De coloración más clara que el duramen, más porosa y más ligera, con mayor riesgo frente a los ataques bióticos.
d) Cambium: Capa existente entre la albura y la corteza, constituye la base del crecimiento en especial del tronco, generando dos tipos de células:
Hacia el interior: Madera (albura)
Hacia el exterior: Liber
e) Liber: Parte interna de la corteza. Es filamentosa y poco resistente. Madera embrionaria viva.
f) Corteza: Capa exterior del tronco. Tejido impermeable que recubre el liber y protege al árbol.
g) Radios leñosos: Bandas o láminas delgadas de un tejido, cuyas células se desarrollan en dirección radial, o sea, perpendicular a los anillos de crecimiento. Ejercen una función de trabazón. Almacenan y difunden las materias nutritivas que aporta la savia descendente. Contribuyen a que la deformación de la madera sea menor en dirección radial que en la tangencial. Son más blandos que el resto de la masa leñosa. Por ello constituyen las zonas de rotura a comprensión, cuando se ejerce el esfuerzo paralelamente a las fibras.
h) Anillos anuales: Cada anillo corresponde al crecimiento anual, consta de dos zonas claramente diferenciadas:
- Una formada en primavera: Predominan en ella los vasos gruesos que conducen la savia bruta hasta las hojas (tejido vascular). Color claro, pared delgada y fibras huecas y blandas.
- Otro formado en verano: Tienen los vasos más pequeños y apretados. Sus fibras forman el tejido de sostén. Color oscuro denso y fibras de paredes gruesas.
En zonas tropicales (o en las zonas donde no se producen, prácticamente, variaciones climáticas con los cambios de estación, y la actividad vital del árbol es continua), no se aprecian diferencias entre las distintas zonas de anillos de crecimiento anual. Su suma, son los años de vida del árbol. Debido a la forma tronco-cónica del árbol, los anillos anuales se deben contar en el tronco, en zona más próxima a las raíces.

viernes, 19 de abril de 2013

Los suelos de madera maciza y la calefacción / refrigeración radiante




Son numerosas las consultas que nos llegan exponiendo sus dudas en relación a la instalación de pavimentos de madera con sistemas radiantes de calefacción y refrigeración.


Por ello creemos conveniente intentar aclarar algunos conceptos que esperamos lleven a evaluar con buen criterio la compatibilidad de los suelos con estos sistemas radiantes.

Cada vez son más los fabricantes de pavimentos de madera que hacen constar en sus manuales de instalación los pasos a seguir para llevar a cabo una instalación exitosa con un sistema de calefacción/refrigeración radiante, fabricantes de adhesivos y otros materiales auxiliares también hacen lo propio en sus manuales y fichas técnicas.
En cuanto a normativa internacional, resaltaremos las normas UNE (una norma española), que tienen su correspondencia con las normas EN (norma europea) en todos los países de la UE. Quiere esto decir que existe una armonización entre las normas técnicas de todos los países que forman la Unión Europea.





Después de numerosos ensayos de laboratorio y pruebas en instalaciones, todas las nomas están de acuerdo en fijar un máximo de resistencia térmica que no deberán de superar los pavimentos de madera que estén instalados sobre un sistema de calefacción/refrigeración radiante; este máximo es de 15 m2.ºC/W hasta 17 m2ºC/W.
Tomando como referencia estos límites fijados por las normas internacionales podemos aplicarlos por ejemplo a un pavimento de madera de roble de 22mm de grosor y compuesto por una o varias capas de la misma madera.
Teniendo en cuenta que la conductividad térmica de la madera de roble, por ejemplo, (valor este admitido por todos los comités internaciones) es de 0,18 W/m.ºC, tendremos que su resistencia térmica será de 0,12 m2.ºC/W.
Como vemos, hemos elegido un pavimento habitual con el grosor máximo estándar en el que se fabrica, aunque también este mismo pavimento se fabrica en grosores menores que como es lógico tendrán una resistencia térmica menor del expresado.
El valor de la resistencia térmica del pavimento vemos que no supera ni los valores más restrictivos que figuran en las normas internacionales. 


Es obligado por la norma EN 14342:2010 en su anexo ZA el que todos los pavimentos de madera de venta o uso en la UE deben de reunir los requerimientos de marcado y etiquetado en los que figuren los valores de conductividad y resistencia térmicas del producto (entre otros datos), esto quiere decir que para evaluar la conformidad del pavimento deberemos valernos de los datos que figuran en el mencionado etiquetado. 


En el supuesto de que un pavimento de madera superara los valores máximos requeridos por las normas de referencia nos encontraríamos con un pavimento que aun siendo compatible con las instalaciones de calefacción/refrigeración por suelo radiante obligaría a que el funcionamiento de la instalación necesitaría de una mayor temperatura de impulsión, esto como decimos no haría sin más al pavimento incompatible, pero el gasto energético como es de suponer sería superior al de proyecto y por tanto haría que la eficiencia energética del conjunto fuera inferior al previsto. 





En todas las mencionadas normas internacionales de referencia se recomiendan medidas de conjunto para facilitar la transmisión térmica, entre estas medidas se encuentran recomendaciones como que el sistema de instalación más recomendable para los pavimentos de madera es el sistema de pegado al soporte con adhesivos o la utilización de maderas con mayor conductividad térmica. Derivado de las mencionadas recomendaciones y requerimientos de las normas y con la finalidad de garantizar una perfecta compatibilidad de todos los elementos que configuran una instalación de suelo radiante con pavimento de madera, es muy recomendable la asistencia de un Control de Calidad que supervise y colabore con la dirección de obra para obtener el éxito en la instalación.


En cuanto al funcionamiento de las instalaciones de suelo radiante en ciclo de refrigeración el sistema trabaja con las temperaturas que garanticen un ambiente interior de 23ºC-28ºC, para lo que se necesitan temperaturas con mínimos cercanos a los 15ºC.

Recordamos que el
punto de rocío o de condensación, es aquel en que las condiciones de temperatura y humedad interior provocan la condensación del agua contenida en el aire. E
n todos los casos la condensación se producirá independientemente del tipo de pavimento que se elija y por ello en el RITE (Reglamento de Instalaciones Térmicas en Edificios) se puede encontrar la exigencia de que las instalaciones de calefacción y refrigeración deben de contar con sistemas de control del aire interior de forma que se garantice el bienestar e higiene de las personas que utilizan o habitan una edificación.


Los pavimentos de madera maciza son perfectamente compatibles con los sistemas de calefacción/refrigeración radiante, si bien su inclusión en el emisor, al igual que otros pavimentos, debe de ser proyectada convenientemente y su instalación debe de ser llevada a cabo con las garantías necesarias por parte de personal cualificado, de forma que se realicen instalaciones con éxito y se entreguen al propietario final para su disfrute.



Tengan la completa seguridad de que un pavimento de madera instalado con un sistema de calefacción/refrigeración radiante, proyectado e instalado debidamente, cumplirá con las exigencias de bienestar, confort y eficiencia energética requeridas para cualquier edificación.

viernes, 12 de abril de 2013

Puentes de madera milenarios



Puentes de madera catalogados como reliquias culturales


Los puentes de madera que mantiene China han soportado la prueba del tiempo. Lo más insólito es que son usados todos los días. En realidad los puentes arqueados de madera construidos hace casi 1.000 años demuestran la verdadera habilidad de los maestros artesanos que los construyeron.



Los puentes, suspendidos entre dos bancos de exuberante vegetación y construidos a partir de la madera de los árboles que las rodean, son parte funcional de la vida en las provincias de Fuijan y Zhejiang a lo largo de la costa sureste de China.

Uno de los puentes más importantes es el que se encuentra en el pueblo Tangkou, en Fuzhou. Es muy grande, y fue contruido durante la dinastía Song del Sur, y se construyó desde 1127 hasta 1279. Mide 62,7 metros de largo y 4,9 metros de altura. Sigue siendo una imagen icónica de los antiguos métodos de construcción chinas.



viernes, 5 de abril de 2013

Consejos de colocación de tarimas exteriores de madera

CONSEJOS DE INSTALACIÓN DE TARIMAS DE EXTERIORES DE MADERA Y SUELOS TECNOLÓGICOS

Consejos previos a la colocación:

Si el material no va a ser instalado inmediatamente después de su recepción se aconseja guardar la tarima en su embalaje original bajo techo y en un lugar bien ventilado, evitando la exposición directa a la lluvia y el sol.

Se recomienda humedecer las lamas con agua antes de la colocación para evitar las manchas de tanino (tinte natural de la madera) que pueden causar las primeras lluvias. Abrir el paquete en el momento preciso de comenzar el montaje. Mantener las lamas en superficie horizontal.

Se sugiere que la madera utilizada en los rastreles sea de la misma densidad y durabilidad que la madera utilizada en la terraza.

Para una colocación a junta perdida, prever entre un 5% y 10% de superficie suplementaria.

Colocación con tirafondo:

La extremidad de cada lama debe imperativamente reposar sobre un rastrel y ser fijada a este para eliminar toda deformación. Por norma, se recomienda un espacio entre lamas de 3 a 7 mm. Este espacio de dilatación permite a la madera hinchar o mermar en función de las condiciones ambientales. 
Extender una guía para obtener la alineación exacta y efectuar taladros previos.
Utilizar dos tirafondos por ancho de lama fijándolos a cada rastrel.




Colocación con clip de fijación:

  1. Colocar la primera lama sin atornillar a fondo.
  2. Levantar ligeramente el ala del clip de fijación e introducir la segunda lama.
  3. Golpear cuidadosamente la segunda lama con el destornillador introducido de manera que se deje el espacio deseado.
  4. Atornillar a fondo de forma que las alas del clip de fijación hagan presión sobre la lama y reposen sobre el rastrel.