Siempre hemos
percibido la madera mediante la vista, el tacto y, en ocasiones, el olfato.
Pero si profundizamos un poco más podremos apreciar la madera incluso con el oído y el gusto.
EL OLOR DE LA MADERA
Algunas maderas producen un olor característico al
cortarse. El aroma puede ser efímero o muy duradero y la intensidad de la fragancia
dependerá del lugar de crecimiento del árbol.
Los aromas de las madera son parte del sexto grupo de aromas, donde podemos encontrar los aromas amaderados de tonos cálidos, dulces y resistentes. Estos característicos aromas proceden de los árboles que destilan esencias de fragancias densas.
Algunos árboles como el pino, cedro, ciprés, palo santo y sándalo,
desprenden olores fragantes y se extraen aceites esenciales de los que emanan
aromas conocidos desde la antigüedad y a los que se les atribuye propiedades
concretas.
Actualmente muchos perfumes, tanto masculinos como femeninos,
contienen aromas de madera.
Las fragancias a madera masculinas mezclan cedro, vetiver y sándalo. A menudo, estas fragancias se ven alteradas por una cálida
pincelada de almizcle, un fresco toque de musgo de roble o envueltas por el
aroma a cuero. En cambio, las fragancias a madera femeninas son de naturaleza
almendrada y especiada con aromas a ámbar, sándalo, cedro y un toque de
pachuli. Algunas mezclas de maderas presentan una pincelada de canela, un toque
de tierra o una bocanada de tabaco.
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