¿Tu hogar está preparado para afrontar las altas temperaturas y promover un consumo responsable de energía? Ante la ola de calor, no sólo se trata de hacer un uso prudente del aire acondicionado; hay otros aspectos, como invertir en un buen aislamiento o introducir pequeños cambios de hábitos, que son clave para conseguir una casa sostenible y confortable en la época estival.
El cambio climático está a la orden del día y actualmente los edificios consumen el 30% de la energía mundial y generan el 28% de las emisiones de carbono. Por lo tanto, es necesario contribuir con la reducción del consumo de energía modificando la estructura y composición de los edificios, para que así mejore también la calidad de vida de las personas que habitan en ellos.
Estas son algunas pautas para valorar si tu casa cumple con las condiciones adecuadas de sostenibilidad y bienestar y no sufrir cuando llegue la factura a final de mes.
1. ¿Ya conoces las ventajas de aislar tu hogar?
Son numerosos los beneficios que aporta el aislamiento de los elementos envolventes de un edificio, y uno de los materiales más eficientes es la lana de roca. Se trata de un recurso natural y abundante en el planeta que ofrece numerosas ventajas para la protección de tu vivienda, como el aislamiento térmico. Su aplicación permite mantener una temperatura agradable tanto en verano como en invierno, lo que conlleva un menor gasto energético. Se calcula que el aislamiento de lana de roca podría contribuir con el ahorro de 660 millones de toneladas de carbono en Europa a través de la rehabilitación de los edificios.
Al controlar también los niveles de humedad, este material protege la calidad del aire interior y por consiguiente nuestra salud en el hogar, ya que evita la aparición de hongos en techos y paredes, cuya presencia es muy frecuente sobre todo en las viviendas que se encuentran cerca del mar. Además, la lana de roca ofrece otras relevantes prestaciones como son la protección contra el fuego -ya que soporta temperaturas superiores a 1000ºC-, el aislamiento acústico -bloquea, absorbe y mejora los sonidos- y un rendimiento más duradero y rentable de los materiales utilizados, todo ello combinado con una amplia gama de acabados estéticos, etc.
2. Comprueba que las puertas y ventanas cierren bien
¿Sabías que la entrada y salida del calor a través de las aberturas es la causante de un 25% a 30% de la energía utilizada en los hogares? Tener una casa hermética dificultará que las condiciones del exterior alteren la temperatura del hogar. De esta manera, la vivienda necesitará menos energía para enfriarse durante el verano, de modo que ayudará a reducir el consumo energético, y mantendrá la frescura.
3. Añade elementos para reforzar el aislamiento de las ventanas
Puedes aplicar masillas o burletes para que no se produzcan fugas de aire e instalar cubiertas -toldos o persianas- para reducir el calor que se genera en tu hogar. En caso de reformar por completo la arquitectura y diseño de las ventanas, será importante que escojas aquellas que incluyan etiquetas de eficiencia energética, ya que consumen menos. Las de baja emisividad no dejan que el calor externo entre en tu casa y permiten la reducción entre un 30% y 50% del consumo de energía de la vivienda.
4. Rincones olvidados de la casa que también absorben el calor
Aunque las puertas y ventanas de tu hogar cierren correctamente, existen otras zonas de la fachada o el tejado en las que es más susceptible el acceso del calor. Se las conoce como puentes térmicos y no solo nos afectan en invierno, cuando el calor escapa del hogar, sino que también actúan como absorbentes del calor que procede del exterior. En ambos casos se produce un mayor consumo de energía ya que obliga a la calefacción o al aire acondicionado a realizar un mayor esfuerzo para trabajar contra dichas entradas y salidas de aire. Un sistema de aislamiento con lana de roca es una medida acertada para reducirlos o eliminarlos por completo, ya que se trata de un material de baja conductividad térmica.
5. Aprovecha la luz solar durante el día
Incluso en verano, cuando las horas de sol son más prolongadas que en invierno, tendemos a utilizar la electricidad para desempeñar las actividades que realizamos durante el día. El horario estival supone toda una ventaja para el ahorro energético y económico, así que, si aprovechemos las horas de sol para realizar tareas como ordenar o cocinar, conseguiremos reducir la factura a final de mes.
6. Desenchufa los aparatos que no se estén usando
Se tiende a pensar que cuando los aparatos electrónicos están apagados y enchufados no suponen un derroche energético, pero nada más lejos de la realidad. Se conoce como consumo fantasma al gasto que producen estos dispositivos cuando permanecen conectados a la red y en standby. Aunque no suponga una cifra muy elevada en el consumo total del hogar, se aconseja desconectar regletas, ordenadores y televisores apagados, cargadores enchufados sin el móvil, etc. Con este cambio de hábitos en el hogar, conseguiremos reducir significativamente la factura a final de mes.
7. Si te vas de vacaciones, dale un descanso a tu nevera
Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), la nevera es el electrodoméstico que más consume dentro del hogar al estar trabajando 24 horas los 365 días del año, así que conviene seguir algunas recomendaciones para reducir su consumo de energía cuando nos vamos de vacaciones.
Hay que tener en cuenta el período en que te vas a ausentar. Si van a ser pocos días, no es necesario que cambies la configuración de tu nevera, pero sí te aconsejamos que revises la fecha de caducidad de tus alimentos para consumirlos con anterioridad. En caso de que vayas a estar fuera de casa durante más de una semana, se recomienda activar el modo vacaciones y vaciar la nevera de todos los productos que se puedan estropear -como carnes, pescado o fruta-. Si nuestro electrodoméstico no dispone de esta opción, es recomendable dejarlo en el mismo nivel de refrigeración. Si tienes en cuenta estos aspectos no solo disfrutarás de un hogar en condiciones sostenibles y eficientes, sino que también ahorrarás dinero a largo plazo además de proteger el medio ambiente.
Caso de éxito: Vivienda Lambert
Ubicada en la costera localidad de Salobreña (Granada), la Vivienda Lambert es la segunda residencia de una familia suiza y está diseñada con altos criterios de confort, sostenibilidad y eficiencia energética.
Su arquitecto, Antonio Rodríguez, se decantó por aislar la casa por el exterior con los sistemasREDArt y REDAir de ROCKWOOL. Aislar la envolvente del edificio con estas técnicas permite eliminar posibles puentes térmicos en forjados y otros puntos críticos del edificio y, por tanto, mejorar las prestaciones térmicas y acústicas, así como obtener una mayor protección en caso de incendio. Además, la lana de roca es un material que actúa como barrera ante la humedad, elemento clave en viviendas cerca del mar.
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