sábado, 30 de octubre de 2021

LOS 5 TIPOS DE SUELO MÁS FÁCILES DE LIMPIAR

Si vas a reformar tu casa y quieres instalar un suelo bonito y cálido que no te complique demasiado la vida con su limpieza y mantenimiento, echa un vistazo a esta lista que te ofrecemos. Importa si es un suelo para la cocina o el baño, si es una zona de la casa con mucho trote diario, si hay niños o mascotas, si vives en el campo o la ciudad... No te quedes solo con la cara bonita de un suelo que has visto en una revista o en nuestra galería de proyectos, hay que conocer también su resistencia al desgaste y por supuesto, qué cuidados nos pide para lucir impecable. Porque no es más limpio el que más limpia, sino el que mejor elegir sabe. Toma buena nota de estos 5 suelos fáciles de limpiar y ¡a por ellos!


CERÁMICA O GRES

Son los más duraderos y fáciles de mantener. Se pueden limpiar con agua y jabón suave, o con productos específicos para este tipo de suelos, teniendo en cuenta que el último aclarado debe hacer solo con agua para recuperar el brillo. Lo que está claro es que son impermeables y que jamás te va a dar problemas si se derrama algún líquido o aparece una mancha delicada. No se rayan con facilidad. Los suelos duros (cerámica o gres) son los mejores en espacios de mucho tránsito: cocinas, baños... El polvo se limpia muy bien con aspiradora. El brillo (si hiciera falta) lo tienes que sacar con la mopa. ¿Y los colores? La carta es inmensa. El blanco, cuando está limpio, transmite una gran sensación de limpieza, pero dura muy poquito... El negro es precioso, si no te molesta ver siempre la capita de polvo. Grises o beiges nos gustan más pensando en la limpieza. ¿Y las juntas? Cuántas menos tenga mejor. Elige baldosas grandes (aunque sean algo más caras) con junta negra o gris. Así no tendrás que limpiarlas cada dos por tres.


HORMIGÓN PULIDO Y MICROCEMENTO

Los suelos de hormigón pulido y microcemento son dos clásicos que se han reinventado y que no dejan de ganar posiciones en el ranking de los mejores suelos por muchos motivos. Durísimos y sin juntas que tengas que limpiar, se ofrecen en una carta inmensa de acabados que van mucho más allá del gris que imaginas. Lo más importante es que te los instale una empresa especializada. Será básico que los sellen bien. Una vez puestos se limpian con jabón neutro y una vez o dos al mes, añadiendo cera natural para que siga conservando ese toque final tan característico de los barnices al agua. ¿Y el polvo? Con aspiradora. La lejía y otros productos abrasivos pueden causar serios daños. ¡Mucho cuidado! Son muy resistentes siempre que se les trate bien. Consulta todas las dudas con el instalador y no tendrás problema.


SUELOS VINÍLICOS

Los suelos vinílicos se ven estéticamente impecables y tienen un sistema de limpieza muy fácil. Entre sus ventajas, aparte de ser una buena imitación de materiales como la madera, la cerámica o la piedra, está que cuentan con un sistema de instalación muy rápido y limpio (prácticamente no hacen nada de polvo). Los que lo eligen, destacan la ventaja de poderles pasar la fregona con detergente neutro, o incluso usar productos más fuertes cuando es necesario desinfectarlos. Manchas difíciles que en el parquet nos darían un disgusto enorme (rotulador, tinta, tomate...) salen frotando con alcohol y enjuagando con agua. Lo que nunca debes hacer es aplicar limpiadores de vapor, ni productos a base de aceite (¡te los cargas!). Su parte más delicada son las juntas, en las que además se acumula suciedad. Por eso nos gustan más los de sistema click que los adhesivos. Los claros disimulan muy bien el polvo, aunque son un imán para las manchas. Los oscuros, se rayan con mucha facilidad y pierden color si les da directamente el sol. A mayor grosor de la capa superior, mayor resistencia (aunque suba un poco el precio).


SUELOS LAMINADOS

Este popular tipo de suelo está diseñado para durar, pero hay que seguir a rajatabla unos consejos de mantenimiento para resistir en buenas condiciones mucho tiempo. El polvo se limpia con aspiradora (con el accesorio de parquet). El brillo se saca con la mopa. Para las manchas tendrás que usar una fregona muy bien escurrida. Los suelos laminados cuentan con productos específicos que se mezclan con agua para garantizar una limpieza eficaz. Aunque tampoco son imprescindibles. ¿Se ha derramado líquido? Absorbe la humedad con un paño o esponja y pasa la fregona. Lo más importante es no esperar demasiado y limpiar las manchas cuanto antes. Y si es tinta o pintura: no pasa nada, se puede frotar con un poquito de acetona y normalmente la mancha sale. Muy parecidos a los de parquet de verdad, estos suelos se pueden instalar sobre el que ya tienes. Son más baratos y no hace falta acuchillarlos ni barnizarlos. Lo más importante es no mojarlos mucho y por supuesto, nunca limpiarlos con productos abrasivos.


SUELOS DE MÁRMOL

Resistentes y de gran durabilidad. Aguantan muy bien la humedad y los cambios de temperatura. Para que ese brillo que los caracteriza se mantenga mucho tiempo es básico que hagas una limpieza correcta y un buen mantenimiento. Los suelos de mármol se deben abrillantar y pulir regularmente de manera profesional. ¿Cómo se limpia en el día a día? El polvo con aspiradora. Las manchas, con una fregona con agua y jabón neutro (o especial para mármol) muy escurrida. Habrás leído otras veces soluciones a base de limón, vinagre blanco, etc. Siempre acarrean riesgos. No es un suelo económico, antes de meter la pata y llorar pérdidas después, pide asesoramiento a los instaladores. En cuanto al pulido o cristalizado, ¿cada cuánto tiempo se hace? Si quieres que luzca precioso y tan brillante como el primer día no dejes de hacerlo, como mínimo, cada dos años.



Fuente: Habitissimo

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